lunes, 21 de agosto de 2017

La renuncia de MT

La gestión de la dupla ML- MT ha sido por demás positiva. Bajo su mandato, San Lorenzo ganó la Copa Libertadores, armo planteles competitivos y se recupero en parte de las deudas económicas que los anteriores gobiernos (con ambos dirigentes metidos desde diferentes sectores) dejaron al club. Pero con el tema central de la revista, el tema Vuelta, le están pifiando. Y le pifian feo.

 Porque nosotros los hinchas hemos visto maquetitas y estadios ecológicos. Que los proyectos serían como el Ajax o el Madrid y hasta el Estadio Olímpico de Pekín. Que las paredes de pasto y el supermercado abajo, o al costado. Dentro de poco va a ser adentro de la cancha en el área chica. Para variar, viste. Hay noticias del 9 de marzo de 2013 y del 24 de diciembre de 2015. Va a haber noticias y maquetitas, y seguimos con las maquetitas que me las paso por el orto. Una cancha rectangular y sin codos, tres bandejas y estacionamiento subterráneo, ¡Londres! ¡Paris! NO: BOEDO.

Pero la realidad es otra. Hoy, en Boedo no se puso un solo ladrillo mientras que el socio y el hincha compramos metros uno atrás de otro, pagamos peso a peso y los bonos Vuelta. Pero el terreno no se compra y el dólar sigue subiendo, ¿Valen lo mismo 150 millones de dólares hace un año que hoy? Porque si el ano pasado juntábamos 9 mangos para comprar un dólar, hoy necesitamos más de 15. La verdad es la única realidad, y la realidad dice que hoy no tenemos nada de nada. Ni siquiera claridad dirigencial para explayarse del porque de la demora, de porque no se firma el boleto ni nada. Y la dirigencia sigue ilusionándonos con maquetitas, con buenos futbolistas y con un básquet de elite, pero nos esquiva temas centrales que nos importan a todos los hinchas de San Lorenzo.

Quien se ha llenado las mieles del éxito y ha tomado como propio un logro que no hemos conseguido aun como la firma del boleto ha sido el vice Marcelo. Tinelli es un tipo que a simple vista resulta un bonachón. De sonrisa amplia y contagiosa, de un humor simplista y acomodaticio a la situación, es hace muchos años el rey de la televisión argentina y el vicepresidente de un club que ganó hace nada la Copa Libertadores. Sin embargo, hay un Tinelli que no vemos. Uno que no es el muchacho simpático de la tele y buena onda con todo el mundo. Hay un Tinelli diferente, un empresario carnicero desesperado por sus ansias de poder y con una ambición desmedida que supera todo tipo de límites.

Todo esto amparado por un gran caudal de medios de comunicación que hacen parecer al club que dirige como la Meca de las dirigencias. En líneas generales, el mandato de la dupla Tinelli – Lammens en San Lorenzo resulta por demás positivo. Un club saneado de deudas, con un plantel competitivo que pelea todos los frentes y probablemente siga haciéndolo. Pero hay otro San Lorenzo en el mundo de ML-MT, donde pasan cosas por demás extrañas. Como el caso de la oscura venta de Correa, aquella tasada en ocho millones de euros de quien nada se sabe, que mandaron a operar del corazón a un jugador el cual no habían pagado y que hoy se mantiene de titular en el Atlético mas allá de que San Lorenzo no haya recibido un centavo.  A este tema surgen demasiadas interrogantes, ¿Qué pasó con el porcentaje que tienen los Monos? ¿Cómo permitió Tinelli que en su club realicen maniobras de lavado de dinero? ¿Cómo permitieron operar a un jugador que ni siquiera habían abonado? ¿Y dejarlo entrenar? ¿Tan bueno resultó ser San Lorenzo? ¿Qué pasaba si Angelito se lesionaba? ¿Iba a ser parte del ATM que no lo había pagado o de San Lorenzo? ¿Quién pagó sus contratos por entonces? Es un tema tan complejo como inconcluso, al igual que el tema tabú de la cultura sanlorencista.

 Porque ni hablar del tema de la Vuelta a Boedo, el cual ha sido el eje de campaña de la dupla aunque los avances son nulos y las preguntas son tan amplias como de respuesta confusa ¿A dónde va el metro cuadrado aportado de la gente? ¿Qué se hará si se construye finalmente el estadio en Avenida la Plata? ¿Se va a construir un estadio? ¿Con que fondos? ¿Por qué la gente compra y nadie dice cuantos Metros faltan para cumplir el objetivo? Todo pasa, sobre todo el tiempo. Una Vuelta de la que nadie en el club habla, con periodistas comprados y obsecuentes que siguen escondiendo un tema pilar en el corazón del hincha,  desviando el tema de una Vuelta que nadie sabe en que orientación va a ir y que siempre las respuestas de los políticos son en una misma sintonía: La vuelta, de ser así, es sin estadio, ¿Sabrán eso todos los hinchas? ¿Se hará con estadio? ¿Bajo que ley? ¿Se harán eco del próximo 18N?

 El San Lorenzo de Tinelli, además, se convirtió en un club clasista, que les cobra 30 pesos de bono obligatorio a sus hinchas pero le pagó por otro lado un millón de dólares anuales a Barrientos y Yepes, o al mismo Leo Franco, suplente durante toda su vida en el club que vino a realizar un retiro decoroso bañado en billetes verdes con 38 años de edad. O que trae en una cifra importante a un tercer arquero colombiano que es suplente ¡del de inferiores! Porque no debemos olvidar el caso de Montero.

Y remitiendo al tema de clases, es el mismo San Lorenzo de LATI que le cobra entre 300 y 500 mangos una Platea Sur (la más económica) a sus propios hinchas, quienes realizan esfuerzos inconmensurables para obtener un lugar. Este esfuerzo económico puede significar, para una familia tipo, casi el 10% de su sueldo (yendo sin hijos claro está) por lo que sería interesante que los dirigentes cuervos abonen su entrada y aporten el 10% de sus ganancias mensuales. Ahí la ecuación resulta diferente, ¿No?

Es el club que tuvo a sus fieles durante varios días esperando a modo de misa por una entrada para ver la final de Libertadores y, quienes lo vieron por tele, observaban en las plateas a gente como las Xipolitakis, Flavio Mendoza o Hernán Caire, a quien, hay que mencionar, tuvo acceso directo cuando un pelotudo se ocurrió tirar una cinta a un juez de línea en aquel partido frente al Corinthians y nadie más pudo ingresar. El club de los privilegios y los privilegiados. Privilegios que llegan hasta puertas adentro del club.

Porque el gerente de Inferiores cuervas fue nada más y nada menos que Fernando Espinoza, Intendente de la Matanza que NADA TIENE QUE VER con el mundo del fútbol, así como Joaquín de la Torre – Intendente de San Miguel- y varias lacras mas enquistadas en el mundo San Lorenzo, por donde ha pasado Nadal y Larreta a hacer campaña también. Eso sí, no dejaron pasar a sacarse una foto a un chico con la Copa Libertadores por no haber comprado metros. Nada parece ser demasiado transparente en el seno dirigencial. Ni hablar de cómo el club dejaba vender ropa trucha en el club sin licencias y que encima ¡maneja un barra! A quienes gentilmente invita al programa y les manda saludos. Y peor, porque ahora el capitán del club es la marca de la ropa. Y en el FIFA la cinta es de esta marca.

Acostumbrado a que las cosas le salgan como quiere, sus deslices siempre siguieron a una desaparición, a borrarse, a desaparecer del mapa por diversas causas. Como en aquella Copa Libertadores, donde nuestro vice declaró que debía tomarse una licencia cuando el equipo estuvo a punto de no pasar de ronda (recordemos aquel increíble partido entre los venezolanos y chilenos) y que retorno victorioso como si nada cuando el equipo logro pasar la ronda y la siguiente fase.

La licencia por ´´paternidad´´ al parecer no incluía su programa y no lo fue posterior a la Copa, con viaje al Vaticano incluido a llevarle el trofeo al Papa. San Lorenzo pudo lograr equipos competitivos, pelear torneos y ganar la tan ansiada Copa Libertadores. Pero el árbol no debe tapar el bosque en lo que institucionalmente se refiere.

Porque la CD incluye como logros la vuelta del Básquet al Torneo Nacional, aunque, con jugadores como Herrmann (ex Oro Olímpico) y Julio Lamas desde el banco de suplentes, sin saber siquiera como se iban a abonar esos contratos y sin saber siquiera quien se va a presentar a las próximas elecciones cuervas. Los meritos nadie puede quitárselos, aunque las interrogantes son muchas inversamente a las respuestas y a los medios dispuestas a contarlas.

Porque nadie puede ponerse en contra de San Tinelli, parecería hasta un pecado cuando en realidad, debería ser una obligación. El –nuevamente- candidato de AFA no es santo de devoción ni mucho menos, y si se lo vota, que sea por sus grandes meritos administrativos, pero no pensando que estos vendrían excluidos de todo tipo de tramoyas. Votaran al menos peor o al más garca. Al que se anime o al que se anime a no animarse, sobre todo a revelar lo que por años hicieron en esas oscuras paredes de mafia, donde todos han sido, son y serán cómplices a la hora de repartir la torta. Nunca es triste la verdad Marcelo, lo que no tiene, es remedio.

Revista Frenesi - Noviembre 2017

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